Se trata de una nueva triste realidad, que puede ser una trágica consecuencia de los avances de la tecnología y la globalización.
Si bien sabemos que el vertiginoso desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha traído innumerables beneficios para la humanidad, no podemos ser ajenos a las desventajas que el mismo trae aparejado.
En estos días han salido a la luz alarmantes cifras respecto de la temprana edad en la que los niños y adolescentes se inician en la pornografía. Ha llamado poderosamente la atención su relación con la edad en la que adquieren su primer teléfono móvil. Mientras que antes el inicio era a partir de los 12 años, ahora comienza a los 8.
Esto se debe, entre otras cosas, a que la pornografía no es un contenido que necesariamente se busque en internet, sino que está a disposición, se encuentra, muchas veces sin buscarla. Cuando los niños o adolescentes adquieren un móvil, se hallan totalmente expuestos a ser hostigados con dichos contenidos.
Beatríz Martín Padura, directora de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD Juvenil), expresó que «el 75% de los adolescentes consume pornografía”, razón por la cual, se está tratando la posibilidad de prohibir que los menores utilicen Smartphone antes de determinada edad.
Desde la FAD, lanzaron una campaña cuyo lema es “Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti”, para que los padres estén prevenidos y le presten la debida atención a la problemática.
A su vez, la experta en asuntos educativos, Catherine L´Ecuyer, dijo que el 62% de las niñas y el 93% de los niños han accedido a pornografía en la web antes de los 18 años y que la primera vez que han visto, fue a los 12 años, “coincidiendo con la edad de introducción de los smartphones”. Además, agregó que debemos “preguntarnos si es lógico o razonable que un niño tenga un smartphone con 7, 12 o 13 años”.
Para mayor perturbación y repugnancia, la asociación Date una Vuelta, publicó algunos de los siguientes datos: “el 90% de los niños entre 8 y 16 años han visitado una web porno; la pornografía en internet tiene más visitas que Twitter, Amazon y Netflix juntos; El 20% de la pornografía online es pornografía infantil; y 97.000 millones de dólares genera cada año la pornografía”.
Por su parte, Save the Children afirmó que “visualizan contenidos gratuitos en los que el 88% de las escenas son escenas agresivas o violentas. El 94% de esa violencia está dirigida hacia la mujer y el 95% de ellas da a entender que a ellas les gusta ser tratadas así”.
También, el reconocido psiquiatra Enrique Roja aseguró que “la adicción a la pornografía es una epidemia mundial. Se establece una correlación entre ciertas alteraciones en el cerebro y el consumo de pornografía que arruina vidas, matrimonios, familias. (…) Hoy sabemos por investigaciones recientes, que la adicción a la pornografía es más grave que la de la cocaína, pues afecta a circuitos cerebrales concretos, en donde una sustancia llamada dopamina asoma, y, después de un tiempo sin ver ese tipo de imágenes, uno se ve empujado a buscarlas, es como un imán que arrastra en esa dirección”.
Para finalizar, nos gustaría concluir con las palabras del doctor Peter C. Kleponis, psicólogo y psicoterapeuta, quién dijo que “ver pornografía es algo tan común que muchos son adictos sin darse cuenta. Deben saber que es altamente adictiva, como las drogas y el alcohol. Deben saber que no muestra una visión saludable de la sexualidad. Al contrario, enseña a la gente que está bien utilizar a otras personas para el propio placer sexual egoísta. Consumir pornografía les impedirá mantener relaciones saludables. Sólo les conducirá a la soledad y el aislamiento. También hay que enseñarles que Dios tiene un plan maravilloso para la vida de cada persona. Para cumplir ese plan, deben esforzarse por vivir una vida virtuosa y saludable. Consumir pornografía les impedirá definitivamente alcanzar ese objetivo”.
