Hay películas que vemos y olvidamos. Y hay otras que marcan una época, despiertan conciencias y reavivan la fe. «Sacré-Cœur» pertenece a esta segunda categoría. Desde su estreno, conmueve al público, hace llorar, hace reflexionar y, sobre todo, hace rezar.
Dirigida por Steven J. Gunnell, esta película se ha convertido en un fenómeno espiritual y cultural que nadie había previsto. Ni los críticos, ni los productores, ni los medios de comunicación. Sin embargo, las salas se llenan, los corazones se abren y los testimonios abundan. Los espectadores entran por curiosidad y salen conmovidos. El Sagrado Corazón de Jesús llama a la puerta de los cines y todo un pueblo comienza a despertar.
Un impacto espiritual en las salas oscuras
Todo comenzó como un proyecto modesto. Sin estrellas, sin un gran presupuesto, solo con la fe de una pareja: Steven y Sabrina Gunnell. Querían mostrar el amor de Dios de una manera sencilla, directa, accesible a todos, incluso a los que no creen. El resultado supera todas las expectativas: una obra profunda, conmovedora, universal.
Le Figaro habló de un «fenómeno que escapa a la racionalidad» (1). La Croix lo ve como una «película de fe popular, sincera y directa, que habla a la inteligencia del corazón» (8). Y la diócesis de Sion habla de una «película sorprendente» (6). En una Francia donde el nombre de Jesús desaparece de los espacios públicos, «Sacré-Cœur» impone su luz en la gran pantalla. Allí donde muchos ya no lo esperaban, Cristo se revela.
La censura que lo cambió todo
Sin duda, eso es lo que molestó. En octubre, la RATP y la SNCF prohibieron la publicidad de la película en el metro y las estaciones de París. El pretexto: la presencia de la palabra «Corazón» y la imagen de Cristo podrían herir la sensibilidad de algunas personas. La ironía del destino quiso que esta censura provocara el efecto contrario.
La noticia se difundió por las redes sociales. Los medios de comunicación cristianos, como Tribune Chrétienne, denunciaron un acto «injustificable y discriminatorio» (2). Y el público se movilizó. En toda Francia, los espectadores quisieron ver esta película que se quería ocultar.
Breizh-Info resumió la paradoja: «Ignorada por la casta mediática parisina dominante, la película es aclamada por el público» (3). Y según Communication Catholique Savoie, esta prohibición «permitió que el mensaje de Cristo circulase donde quizá nunca habría sido escuchado» (9).
Las piedras comenzaron a gritar. Y si los apóstoles callan, las pantallas hablan.
El mensaje de la película: el Amor que cura
Lo que transmite «Sacré-Cœur» no es una idea. Es una presencia. La de un Dios que ama hasta dejarse traspasar. La de un Corazón que sufre y sigue amando. La de un Amor que lo repara todo. El héroe de la película, destrozado por la vida, encarna nuestro mundo moderno: herido, orgulloso, cansado de todo. Su encuentro con el Corazón de Jesús no es un milagro de ficción, sino una parábola viva. Muestra que todo hombre, incluso el perdido, puede renacer si se deja amar.
Esta película nos habla a todos. A los padres desbordados. A los jóvenes sin referencias. A los que dudan. Simplemente dice: «Te amo. Vuelve a mí». El programa L’Église d’aujourd’hui, en RMC (4), lo resumió con precisión: «Esta película no es solo una historia de amor, es un encuentro con Cristo vivo». Y Steven Gunnell lo confió en RCF (5): «Su reinado no tiene fin. El Corazón de Jesús sigue latiendo por nuestro mundo enfermo». Como dice Aleteia, «Sacré-Cœur» es «la más bella historia de amor llevada a la pantalla» (10). No hay más que decir. El amor que repara, consuela y salva.
Un éxito popular y un pequeño milagro
Las cifras hablan por sí solas: «Sacré-Cœur» llena las salas, incluso en cines donde las películas religiosas no suelen tener cabida. La diócesis de Sion habla de una «película sorprendente» (6). Parroquias enteras organizan sesiones. Las escuelas católicas llevan a sus alumnos. Y por todas partes abundan los testimonios.
En la página de Saje Distribution se lee: «Esta película ha conmovido las entrañas y los corazones. Hemos visto a gente llorar en las salas» (7).
Y en Reinformation.tv, Jeanne Smits ha señalado un fenómeno único: «La película Sacré-Cœur acaba de superar las 50 000 entradas en su primera semana en cartelera. Es un pequeño milagro en sí mismo, para una obra que no tiene otra ambición que la mayor gloria de Dios, dando a conocer Su amor infinito por los hombres». (11) Añade: «Si el número de entradas parece bajo, no hay que olvidar que solo se han realizado 480 proyecciones, lo que corresponde a una media de casi 90 entradas por sesión». » (11) Y, sobre todo: «El éxito de la película se prolonga durante semanas, lo que es señal de un boca a boca alimentado por la fe y la gratitud». (11)
Esta perseverancia del público, en un panorama cultural a menudo hostil al cristianismo, es en sí misma un mensaje: la sed de Dios no ha desaparecido. Simplemente esperaba ser reavivada.
Esta perseverancia del público, en un panorama cultural a menudo hostil al cristianismo, es en sí misma un mensaje: la sed de Dios no ha desaparecido. Simplemente esperaba ser despertada.
Nadie lo esperaba. Pero Dios sí lo sabía. Porque cuando todo parece perdido, Él elige los caminos más sencillos para tocar las almas.
Nada se puede construir sin Él
Vivimos en un mundo herido. Las familias se dividen, los jóvenes se pierden, la sociedad se derrumba moralmente. Se habla de crisis económica, de crisis social, pero en el fondo es una crisis de amor. Y la película lo dice claramente: sin Cristo, nada se sostiene.
«Sacré-Cœur« recuerda con fuerza que nada se puede construir sin Él. Ni una vida, ni un hogar, ni una nación. No es una fórmula piadosa: es una verdad de la historia. Cuando Francia se alió con el Corazón de Jesús, fue grande. Cuando lo rechazó, se perdió.
Esta película no es un manifiesto político. Es una oración. Una súplica. Un llamamiento para que Cristo vuelva a reinar en los hogares y en los corazones. Y las familias comprometidas con la campaña del Sagrado Corazón escuchan este llamamiento. Saben que la lucha de la película es la suya: «Haced que reine en vuestros hogares. Que cada casa se convierta en un pequeño Paray-le-Monial».
El Corazón que triunfa sobre el silencio
Dios habla a través de esta película. En una época en la que tantos creyentes ya no se atreven a dar testimonio, Él se sirve de una pantalla para decir Su nombre. Las piedras claman. Y las lágrimas de los espectadores se convierten en oraciones. No es una casualidad. Es una señal. Una señal de que el Corazón de Jesús vuelve a la cultura francesa por la puerta grande, la del pueblo.
Los testimonios son conmovedores: «Yo era ateo. Al salir del cine, lloré y fui a confesarme». «Perdoné a mi padre después de veinte años». «He redescubierto la fe gracias a esta película». »
Entre los miles de mensajes recibidos tras el estreno de la película, el de Malika, una mujer musulmana, conmovió a Steven Gunnell, quien declaró en YouTube, en una entrevista sobre las gracias de la película «Sacré-Cœur»: «Soy musulmana, me llamo Malika. No soporto más que se ataque a los cristianos. Vine a Francia porque me gusta su cultura. No conozco a Cristo, pero ya lo amo. Iré a ver su película con mis hijos para apoyarlos». (12)
Esta confesión de amor, brotada de un corazón ajeno a Cristo pero ya iluminado por Su luz, da testimonio del poder del mensaje de la película: el Sagrado Corazón atrae hacia sí incluso a aquellos que aún no lo conocen. Así es como se propaga el fuego del Sagrado Corazón: atraviesa fronteras, culturas y religiones. Incluso aquellos que no lo conocen sienten que es Él, y solo Él, quien trae la paz y reconcilia las almas.
El cine se convierte en catequesis. La sala oscura se transforma en capilla. Y Francia, por un instante, recuerda a su verdadero Rey.
Un fuego de amor por Francia
«Sacré-Cœur» no es una simple película. Es una gracia. Una señal del Cielo. Una prueba de que Jesús no abandona a Francia, incluso cuando ella lo olvida. Se quiso prohibir un cartel. Se despertó a un pueblo.
En las salas de cine, en las familias, en los corazones, el Corazón de Jesús vuelve a latir. Y esta vez, nada podrá detenerlo. Jeanne Smits concluye magníficamente: «El mundo se muere por no saber que es amado. Y sin embargo, a través de esta película, es Cristo mismo quien viene a decirle a Francia: «Todavía te amo»». (11)
Porque Su reino no tiene fin, y nada, jamás, podrá apagar este fuego.
Foto: SAJE Distribution – https://www.sajedistribution.com/film/sacre-coeur.html
Notas:
- Le Figaro, « Un phénomène qui échappe à la rationalité », 12 octobre 2025.
- Tribune Chrétienne, « Témoignage exclusif du réalisateur après le refus de diffuser les affiches », octobre 2025.
- Breizh-Info, « Ignoré par la caste médiatico-parisienne dominante, le film est plébiscité par le public », 9 octobre 2025.
- RMC, programa L’Église d’aujourd’hui, 4 de octubre 2025.
- RCF, entrevista con Steven y Sabrina Gunnell, octubre del 2025.
- Diocèse de Sion, « Le film événement qui crée la surprise », 2025.
- Saje Distribution, page Facebook officielle, 2025.
- La Croix, « Sacré-Cœur, un film de foi populaire au cinéma », 1ro de octubre de 2025.
- Communication Catholique Savoie, « Sortie du film Sacré-Cœur », octubre de 2025.
- Aleteia, « Sacré-Cœur, la plus belle histoire d’amour portée à l’écran », 30 de septiembre de 2025.
- Reinformation.tv, « Sacré-Cœur encore à l’affiche : la ferveur du public ne faiblit pas », octubre de 2025.
- «Sacré Cœur» : le film interdit de pub qui enchante les foules ! – Steven Gunnell – YouTube.
Fuentes :
https://diocese-sion.ch/article/sacre-coeur-le-film-evenement-qui-cree-la-surprise
https://fr.aleteia.org/2025/09/30/cinema-sacre-coeur-la-plus-belle-histoire-damour-portee-a-lecran
https://www.catholique88.fr/2025/film-sacre-coeur
https://www.la-croix.com/religion/sacre-cour-un-film-de-foi-populaire-au-cinema-20251001
https://diocese.mc/actualite/le-film-du-mois-sacre-coeur
https://fr.aleteia.org/2025/10/07/demarrage-spectaculaire-pour-le-film-sacre-coeur
https://fr.aleteia.org/2025/09/30/cinema-sacre-coeur-la-plus-belle-histoire-damour-portee-a-lecran
https://fr.aleteia.org/2025/10/06/trois-raisons-daller-voir-le-film-sacre-coeur