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Padre Winfried Abel de Fulda: “No puedo servir a una diócesis rendida al Orgullo”

El veterano sacerdote alemán Winfried Abel, conocido en el ámbito católico de lengua alemana por su claridad doctrinal y su fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, ha anunciado que deja de considerarse sacerdote de la diócesis de Fulda tras la participación oficial de esta en el Día del Orgullo Gay y la aprobación de las bendiciones a parejas homosexuales.

A sus 85 años, tras más de seis décadas de ministerio sacerdotal, el padre Abel declara con firmeza que solo se reconoce como “sacerdote de la Iglesia Católica Romana”, en comunión con Roma y bajo la promesa indefectible de Cristo: “Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16,18).

El sacerdote denuncia que la diócesis de Fulda —y con ella buena parte del episcopado alemán— ha perdido la capacidad de distinguirse del mundo, sometiéndose dócilmente al espíritu del tiempo. Según sus palabras, las marchas del orgullo gay son un espectáculo de “obscenidad, depravación y pérdida del sentido de la vergüenza”, una exaltación del mismo orgullo que, desde el pecado original, llevó al hombre a rebelarse contra Dios.

De manera particular, el padre Abel condena la guía pastoral aprobada conjuntamente por la Conferencia Episcopal Alemana y el Comité Central de Católicos Alemanes, que abre la puerta a bendiciones de uniones homosexuales. Señala que tal práctica contradice de manera frontal la enseñanza perenne de la Iglesia, confundiendo eros y ágape, el amor verdadero con comportamientos desordenados. Y lo ilustra con un ejemplo claro y contundente: “Un alcohólico pide bendición para liberarse de su adicción, no para que se bendiga su alcoholismo. Así tampoco puede bendecirse un estilo de vida contrario a la ley divina”.

El sacerdote extiende su crítica a la ideología de género, omnipresente incluso en los anuncios laborales de la propia diócesis, redactados bajo la fórmula “m/w/d” (masculino/femenino/diverso). Para él, esta terminología es una negación explícita del orden de la creación, que estableció al hombre como varón y mujer.

Con profundo dolor, tras una vida entera entregada al ministerio, Abel lamenta que muchos obispos alemanes se hayan rendido al relativismo moral, banalizando el Evangelio para agradar al mundo. “Una Iglesia que se rinde al Zeitgeist —afirma— acabará por no ser tomada en serio por nadie”.

Su testimonio es un grito de alarma para los fieles: los signos del colapso moral de la Iglesia en Alemania son ya evidentes. Pero en medio de este panorama oscuro, el padre Abel recuerda que la fidelidad a la verdad de Cristo es la única garantía de salvación, la única luz capaz de sostener a los católicos en la tormenta. Cristo mismo lo prometió: las puertas del infierno no prevalecerán contra Su Iglesia.

Para los católicos españoles, este testimonio es más que una noticia extranjera: es un espejo en el que mirarse. Porque los mismos vientos de secularización, relativismo y claudicación que destruyen a la Iglesia en Alemania soplan también en nuestra patria. La voz de un anciano sacerdote, cansado pero fiel, resuena como una advertencia providencial: o permanecemos firmes en la verdad del Evangelio, o nos disolveremos en el mundo hasta desaparecer.

La verdad de Cristo es la única garantía de que las puertas del infierno no prevalecerán.

Fuente: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=52958https://fsspx.news/fr/news/allemagne-un-pretre-fulda-rompt-avec-son-diocese-53622

Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dom_zu_Fulda.JPG

Sfintu1, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons

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