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La devoción que exorciza al demonio

Por Ignacio García de Toledo

Alguien podría decir que no deberíamos hablar del diablo. Desafortunadamente, es la estrategia favorita del demonio: hacer creer que no existe. El maligno no quiere ser descubierto. Por eso denunciaremos su pérfida acción para perder las almas redimidas por la preciosa Sangre de Jesucristo.

¿Sabíais que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene poderes exorcistas?

Mostraremos, a raíz de las cartas de Santa Margarita María sobre esta devoción y también del libro escrito por un sacerdote que estudió las tácticas del demonio en la historia de la Iglesia y su acción sobre las almas.

Se abandonó hace unos 60 años, poco antes o poco después del Concilio Vaticano II. Preferimos no hablar más del diablo. Es la estrategia favorita del demonio: hacer creer que no existe. El diablo no quiere ser acusado ni descubierto.

Por eso, vamos a hacer todo lo que él odia: vamos a denunciar sus acciones y a demostrar que delante de Nuestro Señor y delante de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, el sólo puede sucumbir.

El poder del Sagrado Corazón contra el demonio se menciona en las cartas de Santa Margarita María que ha recopilado un jesuita español llamado Florentino Alcañiz. En la carta 102, Santa Margarita María escribe que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es el último esfuerzo de Nuestro Señor para salvar a los pecadores, dándoles el deseo de hacer penitencia y ofreciéndoles abundantes gracias.

A veces imaginamos que esta devoción es para los santos ¡No es verdad! La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es para los pecadores. Todos somos pecadores.

Es muy difícil ser santo. Incluso los santos son pecadores. El justo peca siete veces al día, dicen las Sagradas Escrituras. Para ser santos, no nos queda otra alternativa que nos unirnos a Dios, al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María.

Santa Margarita María escribió: “Esta devoción salva a muchos de la perdición, arruina el imperio de Satanás y pone a las almas en el camino de la salvación eterna”.

Nos detendremos en esta expresión: “arruina el imperio de Satanás«. La misión de Nuestro Señor es arruinar el imperio de Satanás. Ha venido a salvar a las almas de la perdición y arruinar el imperio de Satanás. Esto lo encontramos en la carta 102 de Santa Margarita María, pero también en la carta 131. En esa última carta escribió, entre otras cosas, que Nuestro Señor le había dicho esto: «Reinaré a pesar de mis enemigos y de todos los que se oponen a esta devoción».

¿Quiénes son los enemigos de Nuestro Señor? Satanás y sus ángeles caídos. Satanás es el primer enemigo de Nuestro Señor. Satanás y sus servidores. Nuestro Señor habla de sus enemigos y de aquellos que se oponen a esta devoción. Así que hay dos clases de oponentes: «enemigos» y aquellos que se oponen específicamente a esta devoción. Aquellos que hacen todo lo posible para impedir que el reinado de Nuestro Señor Jesucristo se lleve a cabo. Estos son los que tratan de barrer esta devoción debajo de la alfombra. No quieren que nadie hable de ella. Sin embargo, esta devoción es lo que Nuestro Señor Jesucristo quiere para nuestro tiempo, como también está escrito en las cartas de Santa Margarita María.

Volvamos a esta expresión que se encuentra en la carta 132: «El imperio de Satanás será arruinado».

¿Qué significa esto? En el libro “Tácticas del diablo y liberaciones” del padre Jean-Baptiste Golfier, sacerdote francés y canónigo regular de la Madre de Dios en la abadía de Lagrasse, describe que la misión de Nuestro Señor Jesucristo es expulsar, destruir y arruinar al diablo. Por eso es tan importante la devoción al Sagrado Corazón: arruinará el imperio de Satanás.

Esto concuerda con la enseñanza de Santo Tomás de Aquino y de muchos santos que dicen que la primera misión de Nuestro Señor fue destruir el pecado y la influencia de Satanás. El Papa Juan Pablo II también dijo esto.

Probablemente conocéis la carta de San Pablo a los Hebreos. Forma parte de las Sagradas Escrituras. ¿Qué es lo que dice?

Dice que Nuestro Señor vino a destruir el poder de la muerte, es decir, el poder de Satanás. Su misión es aplastar al demonio. San Pablo, en los Hechos de los Apóstoles, afirma claramente que Jesús pasó su vida haciendo el bien y curando a todos los que habían caído bajo el poder del demonio. La lucha de Nuestro Señor contra el demonio es, pues, indiscutible. En otro sentido, una historiadora llamada Florence Key Mair ha escrito sobre el diablo y las posesiones en la historia de la Iglesia desde el principio.

Señala que la lucha de Cristo contra los demonios fue su principal acción. La vida terrenal de Jesucristo es una serie de milagros que incluso podrían resumirse como un largo exorcismo. Hay aquí una idea muy interesante: la resistencia a la tentación, la curación de todos los males, enfermedades y posesiones demoníacas son actos de liberación del demonio. Jesucristo pasó su vida haciendo el bien y derrotando al diablo. En el fondo, confirma lo que escribió San Pablo. Los Evangelios nos ofrecen una lista impresionante de representaciones de posesiones demoníacas. La vida de Nuestro Señor es un largo exorcismo. Eso es lo que dijo San Pablo, y eso es lo que dijo también el Padre Juan Bautista. Recordad el encuentro entre Nuestro Señor y un hombre poseído por el demonio, en el Evangelio.

Nuestro Señor va a la sinagoga y en el pórtico hay un endemoniado. Ve a Nuestro Señor y le pregunta: “¿Por qué has venido? ¿Has venido a destruir mi reino?” Este endemoniado reconoció a Nuestro Señor. Los judíos no, pero el endemoniado sí. Nuestro Señor le dijo que «se callara» y que se alejara de aquel hombre. Entonces el demonio abandonó al hombre.

Uno de los primeros actos de la vida pública de Nuestro Señor relatados en los Evangelios es un exorcismo. Así que, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es, nos dice Santa Margarita María, una manera de destruir el imperio de Satanás. Debemos tenerlo siempre presente cuando honramos al Sagrado Corazón en nuestros hogares.

Muchas personas se preguntan: “¿Qué puedo hacer para mejorar la armonía en mi casa, para que mis hijos vayan por el buen camino?”.

Lo primero es permitir que el Sagrado Corazón de Jesús entre en vuestra casa. A partir de ese momento, podréis contar con la acción exorcista del Sagrado Corazón.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús acelera la llegada del reinado de Nuestro Señor a la tierra. Lo que los teólogos llaman el reinado social de Jesucristo. Sí, que Jesús reine en las almas, en las familias, sobre los estados y las naciones. Este es el gran objetivo de la devoción al Sagrado Corazón, y su consecuencia es la destrucción del reinado de Satanás. Esta es la razón principal por la que Nuestro Señor se encarnó, y esta razón permanece. Por eso dejó la Iglesia.

A pesar de las crisis que sacuden a la Iglesia, ésta tiene el poder y la protección de Nuestro Señor para administrar los sacramentos. Gracias a la Iglesia, puedes estar en estado de gracia y recibir a Nuestro Señor. También esto se ha olvidado en estos tiempos en que la Iglesia parece eclipsada. Olvidamos una de las mayores maravillas de la Iglesia: la Santa Comunión. ¿Qué puede haber más maravilloso que tener a Nuestro Señor presente en cuerpo, alma y divinidad? Recordad a la mujer del Evangelio que toca el manto de Nuestro Señor. Toca la túnica del Salvador porque quiere ser curada. El Señor se da cuenta y dice: “¿Quién me ha tocado?” Ella confesó que había sido ella y dijo que quería ser curada. El Señor le dice: “Anda, tu fe te ha salvado”. Nos asombra la posibilidad de tocar la túnica de Nuestro Señor, si lo viéramos pasar, correríamos a tocar su túnica.

Ahora bien, puedes, después de confesarte, comulgar. Eso es aún más grande que tocar su túnica. Podéis acercaros al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=VpSZDlYdge8&ab_channel=Reinar%C3%A9enEspa%C3%B1a-SagradoCoraz%C3%B3ndeJes%C3%BAs

Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Schnorr_von_Carolsfeld_Bibel_in_Bildern_1860_191.png

Julius Schnorr von Carolsfeld, Public domain, via Wikimedia Commons

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