Por Jeanne Smits
El Papa Francisco ha tachado de hipócritas a quienes lo han criticado por “Fiducia supplicans”, la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que autoriza la bendición de parejas en situación irregular o del mismo sexo. En una entrevista publicada este jueves en la revista “Credere” de ediciones Paulinas, declaró a su director, el padre Vincenzo Vitale: «Yo no bendigo un ‘matrimonio homosexual’, bendigo a dos personas que se aman y les pido también que recen por mí».
Si hacía falta una confirmación de que estas bendiciones no se dirigen a individuos, sino a parejas como tales, aquí la tenemos: se trata de bendecir a dos «personas que se aman«, y de bendecirlas juntas, porque se aman. Así es como la modernidad ve y describe, si no el matrimonio, al menos la vida juntos, en pareja: dos personas que comparten una casa o un piso, no como amigos ni compañeros de piso, sino que comparten la misma cama.
Y para ser aún más claro, el Papa añadió: «Siempre, durante la confesión, cuando se presenta la situación de personas homosexuales o vueltas a casar, siempre rezo y los bendigo. La bendición no se le debe negar a nadie. A todos, a todos. Eso sí, hablo de las personas: aquellos que son capaces de recibir el bautismo.”
Fiducia suplicante y confesión: ¿cuál es la relación?
Se trata de una formulación ambigua. La bendición propia del sacramento de la confesión es la absolución, y la absolución está sujeta a la condición del arrepentimiento y la conversión: como mínimo, el intento de no repetir el mismo pecado. La Iglesia es muy consciente de que los fieles, en su debilidad, suelen reincidir, sea cual sea el pecado del que se les acuse. Pero confesarse eligiendo permanecer en una situación duradera, pública y objetivamente desordenada, contradice radicalmente el principio de conversión. ¿Ignora el Papa Francisco esta exigencia? No podemos estar seguros de que no.
Durante la entrevista, añadió: «Los pecados más graves son aquellos que se disfrazan bajo una apariencia más ‘angelical’. Nadie se escandaliza si doy una bendición a un empresario que puede estar explotando a la gente: eso es un pecado muy grave. Pero se escandalizan si se la doy a un homosexual… ¡Eso es hipocresía! Todos debemos respetarnos. Todos. El corazón del documento es la acogida».
El truco del Papa Francisco
Hay aquí un truco. Bendecir a una persona que busca acercarse a Dios nunca ha sido un problema. La Iglesia bendice al pecador, no al pecado. El problema está en la bendición dada a la pareja. Francisco ha agravado el caos a través de la confusión entre las palabras y las situaciones. Y acabamos haciéndonos esta pregunta: ¿Puede el sacerdote «respetar» al otro -al «otro» miembro de la pareja, en particular- bendiciéndolo?
Finalmente, esta entrevista echa leña al fuego y, hay muchas posibilidades de que refuerce la oposición a Francisco de los distintos obispos y conferencias episcopales que han rechazado la idea de bendecir a las parejas irregulares u homosexuales, como sugiere “Fiducia supplicans”.
Sin embargo, cabe señalar que los comentarios hechos de manera informal a un periodista, incluso aunque sea sacerdote y el interlocutor sea el Papa, no tienen nada que ver con el Magisterio.
Jeanne Smits
Fuente: https://reinformation.tv/francois-benis-personnes-aiment-smits/
Foto: Marcela via PxHere