En el calendario litúrgico español se celebra, el 6 de noviembre, el día de los Santos Mártires. Se trata no menos de 10.000 obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que fueron brutalmente asesinados por odio a Dios y a la fe, durante la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939.
Quién ha escrito numerosos libros respecto de estos atroces acontecimientos, fue el sacerdote Feliciano Rodríguez Gutiérrez, quién fue entrevistado por el “Youtuber” católico de “Enriquisímo TV”, para conmemorar a los mártires.
Feliciano hizo hincapié en que «No es bueno decir que son mártires de la guerra civil, porque son mártires de la persecución religiosa que tuvo lugar durante la guerra civil». El entrevistador le preguntó sobre cuál había sido el motivo de semejante matanza, a lo que Feliciano respondió con las palabras del Evangelio, “No he venido a traer paz, sino guerra” (Mt. 10,34.). Es decir que la causa fundamental fue el “rechazo a Dios”, «el pecado, el odio a la fe, la acción del demonio que instiga a personas a que odien». dijo.
Además, agregó que «Jesucristo dijo una profecía: ‘A vosotros os perseguirán y a algunos de vosotros os matarán’. En una Iglesia en la que el fundador ha predicho la realidad del martirio, todos tenemos que vivir con tensión martirial».
Las historias de los mártires son impresionantes testimonios de fe, que colman de esperanza a las católicos. Tal es el caso de Luis Francisco Castelló, que en una carta a su novia, un día antes de ser martirizado, escribió: «Me pasa una cosa extraña. No puedo sentir ninguna pena por mi suerte. Una alegría interna intensa, fuerte me embarga (…) estoy rodeado de ideas alegres, como un presentimiento de la gloria». Este es un caso, de muchos.
En ese entonces, toda España se caracterizaba por ser ferviente en la fe, “la familia estaba unida, había muchos frutos naturales de la familia, nadie dudaba de la fe. Era un momento realmente maravilloso para que el Señor hiciese esa cosecha de mártires, que son para nosotros un tesoro y una esperanza», concluyó el sacerdote. Por eso, el martirio fue recibido como un don de Dios.
El sacerdote, recordando que “la primera evangelización se hizo sobre la sangre de los mártires”, dijo que es importante no olvidarlos y continuar hablando de ellos ya que “son el tesoro de la Iglesia”. No por nada Tertuliano dijo que “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”, y hoy en día «estamos en un momento de secularización avasalladora, y la nueva evangelización, o se hace sobre la sangre de los mártires o seguramente no habrá evangelización», culminó.
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