Sabemos que, todavía en pleno siglo XXI, sigue habiendo una fuerte persecución religiosa contra los cristianos en el mundo entero. En algunos países, la persecución desde el lado político o ideológico, imponiendo leyes inmorales. En otros, es directamente con violencia física, generando que el simple hecho de ser cristiano conlleve un riesgo de vida.
Este último es el caso de Naseem, una mujer de origen pakistaní, proveniente de una familia profundamente musulmana, que con el correr del tiempo y el estudio del Corán, se fue interiorizando cada vez más en la vida de Jesús y la Virgen María. Los relatos que había en dicho libro son el Redentor y su Madre, le generaban cada vez más curiosidad. Cuenta que le “conmovía la historia de Jesús, sus milagros, su compasión y la paz que sentía cada vez que oía hablar de él”.
Con el tiempo, mientras realizaba labores en una aldea cristiana, se dio cuenta que “los cristianos eran honestos y sinceros, a diferencia de algunos musulmanes que había conocido. Sostenida por esta nueva comprensión, elegí aceptar a María y me convertí al cristianismo”.
No sólo llevó a cabo con una profunda valentía, en un país tan hostil al cristianismo, tomar la decisión de convertirse al cristianismo, sino que además, se casó con un joven cristiano, formando una familia de la que cual nacieron siete niños. Sin embargo, aún no han podido hacer la celebración religiosa, ya que los sacerdotes tienen temor de las represalias que puedan llegar a recibir.
Pero, esta historia de amor, no es color de rosas, sino todo lo contrario. Ni bien se convirtió al cristianismo y se casó, automáticamente fue despreciada y rechazada por su familia. También, vive con temor por su vida y la de sus hijos porque, para los musulmanes, matar un infiel implica ganar el paraíso. Es por ello que ha vivido muchas amenazas de muerte, mismo por parte de su familia. Ella cuenta, con mucha fe, que “me amenazaron de muerte, pero Jesús me protegió”.
Naseem sufre mucho sobre todo por sus hijos. Los humillan en la escuela, los presionan constantemente para que se vuelvan musulmanes, hasta relató que sus “padres incluso intentaron secuestrar a mis hijos para obligarlos a convertirse al Islam”. También, agregó que “cuando abracé a Jesús perdí todos los vínculos con mi familia, padres, hermanos y parientes. Incluso hoy, cada vez que salgo, encierro a mis hijos en casa y me tapo la cara para ocultar mi identidad”.
Es esencial que saquemos a la luz estos casos, que debe ser uno de cientos, para que podamos visualizar esta realidad, que muchos creemos que no existe. En este caso, además de tener que vivir la segregación y las amenazas de su propia familia, también tiene que experimentar el rechazo de la sociedad en general. Con esto hacemos referencia a que a Naseem se le niega la posibilidad de trabajar entre musulmanes, al punto de que expresó que “hemos pasado hambre, durante meses usamos la misma ropa y no teníamos zapatos”.
Además, explicó que “todos los que me rodean me ven como un kafir (infiel, ndr.), una incrédula. Creen que si me matan conseguirán el paraíso”, y agregó que su “marido está enfermo y no puede trabajar. No tenemos recursos para que lo atiendan ni medicamentos. A veces sólo tenemos dos kilos de harina y no conseguimos alimentar a todos los niños”. Sin embargo, ella no pierde la fe, porque gracias a Dios, los hermanos de la comunidad cristiana siempre están a disposición para ayudarlos, lo que les permite vivir con dignidad.
Parte de su rutina es ir a la Iglesia dos veces por día, a las 4 de la mañana y a las 7 de la tarde, porque su fe es lo que la sostiene y lo que le permite mantener la esperanza de que algún día serán libres.
Ella desea profundamente “vivir libre del miedo y del trauma de que me maten o de ver a mis hijos asesinados. Quiero vivir en un lugar donde mis hijos puedan ir a la iglesia, seguir a Jesús libremente y asistir a la escuela sin miedo”.
Para finalizar, nos quedamos con las palabras de Naseem “podemos sufrir en esta vida, pero sé que Jesús está con nosotros, nos protege y nos da la fuerza para seguir adelante”.
Fuente: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=51664
Foto: Image par József Kincse de Pixabay