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El milagro del sol en Fátima

Un evento extraordinario que ocurrió en 1917 y que sigue conmoviendo corazones por su profunda significancia espiritual.

Todo comenzó en una pequeña aldea de Portugal llamada Fátima, cuando tres humildes niños pastores –Lucía dos Santos y sus primos, Francisco y Jacinta Marto– fueron testigos de algo sobrenatural. Entre mayo y octubre de 1917, los tres niños tuvieron el privilegio de presenciar seis apariciones de la Virgen María, quien se presentó como la «Señora del Rosario».

Durante estas apariciones, la Virgen transmitió mensajes cruciales: pidió a la humanidad que rezara el Rosario, que hiciera penitencia y que se convirtiera. Nos advirtió sobre las terribles consecuencias que caerían sobre el mundo si la humanidad no volvía a Dios. Entre estas advertencias estaba la expansión del comunismo y las guerras que destruirían naciones enteras.

Pero el punto culminante de estas apariciones fue cuando la Virgen prometió un milagro para que todos creyeran en la autenticidad de sus mensajes. El 13 de octubre de 1917, sería la fecha elegida para este milagro, un hecho que cambiaría para siempre la historia de la fe católica.

Este milagro, a diferencia de muchos milagros registrados en la historia de la Iglesia, fue anunciado con antelación, con día y hora señalados, según las palabras de la Santísima Virgen: “En octubre haré un milagro para que todos crean”.

El 13 de octubre de 1917, una multitud de más de 70.000 personas se reunió en la Cova da Iria, en Fátima, esperando ver este milagro anunciado por los tres niños. Había tanto creyentes como escépticos entre ellos, y la tensión en el aire era palpable. Para aumentar el dramatismo del momento, el clima no ayudaba: una fuerte lluvia había dejado todo el terreno convertido en un lodazal, empapando por completo a los presentes.

Y entonces, al mediodía, ocurrió lo imposible.

Las densas nubes que cubrían el cielo se abrieron de repente, y el sol, que apenas se veía, comenzó a moverse de una manera que jamás antes se había visto. El astro rey comenzó a girar sobre sí mismo, lanzando rayos de luz de colores intensos que llenaban el cielo. Los presentes quedaron atónitos al ver cómo el sol «danzaba» en el firmamento, algo que ninguna ciencia podía explicar.

La multitud, que había estado hasta ese momento empapada y sin saber qué esperar, ahora se encontraba en un estado de pánico y asombro.

A muchos les pareció que el sol estaba cayendo sobre la Tierra, como si el mundo estuviera a punto de terminar. El terror se apoderó de la multitud, y las personas comenzaron a gritar y a rezar el Acto de Contrición en voz alta, pidiendo perdón por sus pecados. Incluso aquellos que habían acudido para burlarse o cuestionar las apariciones se arrodillaron, profundamente conmovidos y llenos de miedo.

A los presentes les parecía que el fin del mundo había llegado, pero al mismo tiempo, muchos interpretaron el fenómeno como una mezcla de justicia y misericordia divinas. Lo increíble fue que, al final del suceso, el terreno, que antes estaba lleno de barro y empapado por la lluvia, quedó milagrosamente seco. Incluso las ropas de los presentes se secaron, como si el cielo les hubiera concedido una segunda oportunidad.

Según algunos testigos, dejó de llover y, cuando las nubes se despejaron, todos quedaron sorprendidos por lo que apareció detrás. Un disco gigantesco que brillaba del color del sol, pero también con luces multicolores a su alrededor, tan brillantes que podían ver los colores iluminando a la multitud. El disco volaba en zigzag y el acontecimiento duró unos diez minutos hasta que desapareció.

Los niños dijeron que vieron a Jesús, a Nuestra Señora de la Concepción y a San José bendiciendo a la gente. También se registraron varias curaciones de paralíticos y ciegos. El Milagro del Sol fue una advertencia clara y directa. La Virgen nos advirtió: “Si los hombres no dejan de ofender a Dios, muchas naciones serán destruidas”.

Sin embargo, parece que esta gran advertencia celestial ha sido olvidada. En España, un país que fue profundamente católico, el secularismo y la indiferencia religiosa han crecido rápidamente. El mensaje de Fátima parece haberse desvanecido en medio de la modernización y el relativismo moral. Las nuevas generaciones ya no escuchan la llamada urgente de Nuestra Señora de hacer penitencia y rezar el Rosario.

El Milagro del Sol no fue solo un espectáculo visual. Fue una llamada directa a cada uno de nosotros. Una llamada a convertirnos, a cambiar nuestra vida y volver a Dios.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=z1_k1ugjcJI&t=4s

Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:People_looking_miracle_sun.jpg

Judah Bento Ruah, Public domain, via Wikimedia Commons

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