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JJ.OO. en París: blasfemia, satanismo y odio a Dios

Por Ignacio García Toledo

El pasado 26 de julio, fue la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Este evento ha sido señalado por sus representaciones blasfemas y ofensivas hacia nuestra fe, incluyendo una parodia de la Última Cena con “drag Queens” y una burla descarada hacia nuestras creencias más sagradas. Igualmente, ha generado una profunda indignación entre la comunidad cristiana a nivel mundial.

En esta ceremonia, se sucedieron actos blasfemos, satánicos y llenos de odio hacia Dios.

Uno de los momentos más vergonzosos fue una parodia de la Última Cena. Nuestro Señor Jesucristo fue representado por una mujer tatuada y semidesnuda, la activista lesbiana Barbara Butch, con un extraño tocado que recuerda la aureola de la Virgen. Sus “apóstoles” aparecían como drag queens en poses obscenas, enfatizando la intención de provocar y ofender nuestra fe cristiana.

Para colmo, se vio a una niña involucrada en esta repugnante actuación, que parecía sacada de un cabaret homosexual.

La interpretación fue tuiteada por el servicio público France TV, cadena oficial de la ceremonia de apertura, con la descripción «Una Última Cena LE-GEN-DAIRE». ¡Qué descaro!

Barbara Butch, el 27 de julio, publicó en la red social «X» una foto de la actuación con la leyenda en inglés «Oh, yes! Oh yes! The New Gay Testament!» Esta burla fue firmada también por otras cuatro drag queens del mundo nocturno homosexual francés.

El mismo día, en un tuit, Barbara Butch celebra a Thomas Jolly, el escenógrafo de la ceremonia inaugural, abiertamente homosexual, como «presidente del mundo» y ella misma se proclama Jesús: «@barbarabutch como Jesús Olímpico».

Se trata de un ataque directo y descarado a la fe católica.

El 28 de julio, en una entrevista en BFMTV, la drag queen Piche reconoció que La Última Cena había sido «utilizada». Así que no hay duda de que estos actores sabían perfectamente lo que estaban haciendo: provocando y ofendiendo deliberadamente a los cristianos.

La ceremonia también celebró la decapitación de María Antonieta, la Reina mártir. Desde las ventanas de la Conciergerie, donde fue encarcelada en condiciones espantosas, una cantante disfrazada de la Reina de Francia apareció sosteniendo su cabeza decapitada mientras cantaba una canción revolucionaria, «Ça ira«, que proclama: «Ya no tenemos nobles ni sacerdotes...»

Para un católico, estos actos son claramente blasfemos. La representación de Jesucristo y sus apóstoles de manera tan vulgar no solo es una burla a nuestra fe, sino también un acto de desprecio hacia el sacrificio redentor de Cristo.

Es también una rebelión directa contra el Decálogo, contra los dos primeros mandamientos, «Adorarás y amarás perfectamente a un solo Dios» y «Respetarás su santo nombre, evitando la blasfemia y los juramentos falsos».

No es casualidad que entre todas las transgresiones de esta ceremonia, la más flagrante haya sido el secuestro infernal de la Última Cena. Es el momento en que Cristo, el Verbo encarnado, se ofrece como sacrificio para salvarnos de la condenación eterna.

El acto inaugural de las Olimpiadas de París no fue simplemente un compendio de mal gusto, sino que se convirtió en todo un escenario mundial que acogió con convicción una liturgia a Satanás”, afirma el sacerdote colombiano Fernando Cárdenas Lee, experto en angelología y satanismo.

La glorificación de la Revolución Francesa a través del martirio de María Antonieta, que fue acompañada por la actuación de la banda musical satanista Gogira, rociando sangre en el aire, exalta un movimiento radicalmente anticatólico, con liturgias sacrílegas en Notre-Dame de París, profanaciones de iglesias, asesinatos de sacerdotes y el genocidio de los resistentes católicos en la Vendeé.

Nadie puede negar que la Revolución Francesa tuvo una inspiración satánica. Los autores de la inauguración de los Juegos Olímpicos se declaran seguidores de esta revolución, una de las manifestaciones más terribles en la historia del odio a Dios, a la Iglesia y al cristianismo.

¿Qué es exactamente la blasfemia? Es el acto de mostrar desprecio o falta de reverencia por Dios y lo sagrado.

Santo Tomás de Aquino, en su obra «Summa Theologica«, trata extensamente sobre la blasfemia. Él define la blasfemia como «una palabra de maldición dirigida contra Dios«.

Según San Tomás, “la blasfemia es un pecado grave porque implica un desprecio directo y deliberado hacia Dios, quien es sumamente digno de reverencia y honor”.

La parodia de la Última Cena y la representación lasciva de Jesucristo y sus apóstoles son ejemplos claros de esto. La intención detrás de estos actos era claramente provocar y ofender a Dios y a los cristianos.

La inspiración satánica se ve en la glorificación del mal y la inversión de los valores cristianos. La ceremonia celebró abiertamente la transgresión de los mandamientos de Dios, promoviendo un mensaje de rebelión y odio hacia lo divino.

Los organizadores de la ceremonia, inspirados por el movimiento Woke y el movimiento LGBT, han admitido que querían «deconstruir» la historia cristiana de Francia y hacer de la apertura de los Juegos Olímpicos una fiesta pagana, LGBT y anticristiana.

El historiador Patrick Boucheron, conocido crítico del «relato nacional» francés, participó en la creación del espectáculo. Boucheron aboga por una narrativa que celebra el mestizaje y las influencias culturales externas, reflejando un rechazo de la grandeza cristiana de Francia.

El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, defendió la ceremonia afirmando que Francia es «un país de libertad, de libertad sexual, de libertad religiosa, de libertad para burlarse, para caricaturizar«. Este comentario subraya el desafío a nuestra doctrina y la falta de respeto hacia nuestros sentimientos religiosos.

La elección de París, con su rica historia, como escenario para esta ceremonia, hizo aún más evidente la intención de los organizadores de desafiar la narrativa cristiana y nacional de Francia. Mientras el mundo miraba a Francia, los organizadores optaron por destacar elementos que simbolizaban un rechazo a nuestra historia y valores.

La Torre Eiffel, un símbolo icónico de Francia, se utilizó como telón de fondo mientras se minimizaban las referencias a la grandeza histórica de la nación. En lugar de celebrar la rica herencia cultural y religiosa de Francia, la ceremonia se centró en promover una agenda contraria a los valores cristianos y nacionales.

La reacción de los católicos, y especialmente de los devotos del Sagrado Corazón de Jesús, debe ser de reparación y firmeza. No podemos permanecer en silencio ante estos ultrajes.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=zb2J55p60jM

Foto: Capturas de pantalla de YouTube – JO PARIS 2024 Barbara Butch, la DJ Déguisée en Jésus, Fait Sensation lors de l’Ouverture des JO 2024 à Paris – JO PARIS 2024 – Le groupe de métal Gojira enflamme la Conciergerie avec Marina Viotti – JO PARIS 2024 – Les meilleurs moments de la cérémonie d’ouverture

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