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Un milagro del Detente – Bala

Por Ignacio García Toledo

Un soldado de la Legión fue milagrosamente protegido por un pequeño trozo de tela, el famoso detente-bala del Sagrado Corazón de Jesús. Le sucedió a un valiente legionario en Afganistán, Iván Castro Canovaca.

En 2012, con solo 23 años, Iván fue desplazado a Afganistán como parte de una misión de pacificación en un país devastado por los talibanes. Durante un ataque insurgente, una bala atravesó sus pulmones, pasando peligrosamente cerca de su corazón, aorta, tráquea y esófago. Contra todo pronóstico, Iván no solo sobrevivió, sino que continuó luchando en el campo de batalla. Fue necesario que su comandante ejerciera toda su autoridad para que Iván abandonara su puesto y recibiera atención médica.

¿El secreto de su supervivencia? Un pequeño «detente» del Sagrado Corazón de Jesús que llevaba consigo. Este detente, conocido como «detente-bala», es parte de una antigua tradición restaurada por el teniente coronel Carlos María Salgado Romero.

En una Europa cada vez más alejada de Dios, esta iniciativa es un testimonio de fe y valentía.

La revista militar «Armas y Cuerpos» destaca la importancia del detente en las Fuerzas Armadas españolas, calificándolo como «detente-bala». Este trocito de tela, con la imagen del Sagrado Corazón, tiene una bendición papal y un poder exorcístico extraordinario.

No es un amuleto, sino un sacramental de la Iglesia Católica. Los sacramentales son objetos de devoción instituidos por la Iglesia y bendecidos por un sacerdote para ayudar a los fieles a santificarse. El agua bendita, las medallas y los escapularios son ejemplos de sacramentales. En contraste, los sacramentos, definidos como “signos visibles de la gracia invisible de Dios”, fueron instituidos por Jesucristo y son solo siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden y Matrimonio.

Qué maravilla es nuestra Santa Religión, que continúa protegiendo a sus hijos mediante los sacramentos y los sacramentales.

La historia del detente-bala y su poder se remonta a la bendición del Papa Pío IX en 1870. El Papa dijo: “Bendeciré este Corazón, y quiero que todos los que estén hechos según este modelo reciban esta bendición, sin necesidad de que otro sacerdote la renueve”.

También afirmó:

Quiero que Satanás de ninguna manera pueda dañar a quienes portan el Escudo, símbolo del adorable Corazón de Jesús”. Esto nos recuerda que este sacramental llamado «detente-bala», bendecido por el Papa, tiene un extraordinario poder exorcista.

El legionario Iván es un ejemplo vivo de cómo el Sagrado Corazón de Jesús puede protegernos y guiarnos incluso en los momentos más oscuros.

Jesús prometió a Santa Margarita María Alacoque: «Yo seré su refugio seguro durante la vida y sobre todo en la muerte«. Esta promesa no solo ofrece consuelo en la vida, sino también en la hora de nuestra muerte, asegurando que nuestro Señor estará con nosotros cuando más lo necesitemos.

Además, Jesús prometió que aquellos que propaguen la devoción al Sagrado Corazón tendrán sus nombres escritos en su Corazón y nunca serán borrados.

Esta promesa nos asegura la vida eterna, una bendición que supera cualquier otra. Pero esta promesa también nos invita a asumir la responsabilidad de difundir esta devoción. Nuestro Señor quiere que cuidemos de sus intereses, que no son otros que las almas.

Ignacio García Toledo.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=GmqhLJzD3SI&ab_channel=Reinar%C3%A9enEspa%C3%B1a-SagradoCoraz%C3%B3ndeJes%C3%BAs

Foto: Captura de pantalla YouTube “EL GRAN MILAGRO DEL DETENTE DEL SAGRADO CORAZÓN EN MARSELLA EN 1720”

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